Coger los bártulos y embarcarnos en un viaje de más de 15 horas con una niña de dos años y medio y un bebé de 3 meses, tira para atrás y mucho, ¿para qué voy a mentir? pero, como ya os comenté hace meses, la ilusión por pasar las Navidades con mi familia americana nos hizo lanzarnos a la aventura.

Hoy os cuento qué tal nos fue hacer un viaje largo en avión y cuáles fueron nuestros trucos para tener un buen trayecto hasta llegar a nuestro destino.

Tiene mucha gracia porque cuando la gente está sentada en su asiento y te ven llegar con toda la prole sus caras son un poema, se les cae una gotita de sudor frío por la frente y parece que maldicen su suerte por tener niños cerca. A ver, que yo lo entiendo, un vuelo de 8 horas -que ya se hace largo de por sí- lo puedes sobrellevar a base de lectura, siesta, peli… todo ello tranquilo y sin que te molesten. Si te pilla un niño que esté pelín torcido el viaje se te puede hacer muy pesado. Comprensión a tope.

Y es que esa es una rifa que tienes que asumir, con niños nunca se sabe. Mi recomendación en estos casos es ir preparado, con mentalidad positiva y la cabeza serena y tranquila, por lo que pudiera pasar.

Para empezar lo primero que hice fue visitar a mi pediatra para que me diera su opinión como profesional. Sus consejos para el bebé -que tenía 3 meses- fueron los siguientes:

  • Tanto en el despegue como en el aterrizaje es importante que succione, lo que sea: teta, biberón, chupete… que la mandíbula esté en movimiento para que el cambio de presión no les afecte a los oídos. Así lo hice y cero problemas, niñomolón hasta se quedó dormido la mitad de las veces (fueron 4 despegues y 4 aterrizajes de ida y otros 4 y 4 de vuelta).
  • Que nos asegurásemos que el bebé fuera completamente acostado todo el tiempo que pudiéramos. Llevarlo encima está bien a ratos pero que estén tumbados es la postura ideal cuando son tan pequeños. Para eso hay que hablar con la compañía y reservar una cuna, si no tienen os dejarán más asientos seguidos para que pueda ir acostado.
  • En aquel momento estábamos con lactancia mixta, así que me recomendó llevar comida suficiente para toda la estancia, para no cambiar de leche de fórmula y que no hubiera problemas. En este punto pinchamos porque compré un montón de bolsas pero al hacer varias maletas entre mi marido y yo, nos dejamos la mitad en casa sin darnos cuenta. Es lo que tiene hacer las cosas a medias, uno da por hecho que el otro se encarga, el otro piensa lo mismo del otro y chimpún. Aún así nuestra solución fue comprar fórmula americana e ir mezclándola con la nuestra para ir adaptando su tripita y fue bien. A la vuelta el cambio fue más abrupto y tuvo alguna molestia pero muy leve. ¡Aprended de mis errores y sed previsores! (y no entréis en pánico si os pasa algo similar, porque TODO tiene solución).

*** Tema pasaporte, no olvidéis hacerlo con tiempo y recordad que para sacarlo en España tienen que estar sí o sí los 2 progenitores para firmar. En la web de la policía nacional tenéis todos los requisitos ***

Por otro lado, está el entretenimiento para niñamolona, en aquel entonces, de 2 años y medio. Aunque compramos un cuaderno para colorear y lápices, no los llegó a usar. Íbamos preparados con el ipad y sus pelis favoritas pero tampoco hicieron falta, tomad nota: viajábamos con Delta Airlines y ahora son tan modernos que tienen una pantalla individual para cada pasajero con menú para elegir películas, series de dibujos e incluso juegos, así que estuvo entretenidísima. Si no queréis cargar con demasiados bártulos, preguntad antes a vuestra compañía.

Lo que sí utilicé -y aclaro que solo lo uso cuando viajamos en avión– es blevit sueño, una mezcla de tila, melisa y manzanilla específica para niños para que estuviera tranquila. Lo usamos en los vuelos largos y no sé decir a ciencia cierta si funcionó porque a la vuelta quería que durmiese sus 6 o 7 horas y no hubo forma al final solo pudo dormir 4 horas.

Además, intentamos no ir demasiado cargados, llevamos 2 maletas grandes y dos mochilas

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Sillita GB pockit y su plegado brutal, el precio es de unos 240 €

y una maleta de mano. Para niñomolón optamos por el fular para portear y olvidarnos de sillitas pero, si al lugar donde viajáis vais a necesitarla tenéis que pensarlo. Ahora que he conocido la sillita gb pockit, sin duda, sería mi única opción si tuviera que llevar una. Como ya os he comentado por redes sociales, es la más compacta del mercado, pesa solo 4 kilos y plegada cabe dentro de los compartimentos del avión o debajo del asiento. Pero tened en cuenta que es muy básica, no se reclina cuando el niño se duerme y la zancada se me hace algo corta y a veces me doy con las ruedas traseras. *Reedito: ya han sacado un modelo que sí se reclina, ¡yeaaah!

Pero, por otro lado, la verdad es que se maneja muy bien y el plegado es súper rápido y fácil. Aquí os dejo un vídeo caserito pero donde se ve muy bien:

Hasta con taconazos, antes muerta que sencilla, una se apaña sin problemas 😉

Volviendo al tema que nos ocupa, en el aeropuerto de Madrid Barajas tienen sillitas que podéis usar (no sé en el resto de aeropuertos porque no me fijé, ya lo siento). Y, lo que más me sorprendió es que en nuestra terminal había un parque para niños en la puerta de embarque, así que niñamolona estuvo entretenidísima con el parque para ella sola.

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Otra cosa que quiero elogiar de este aeropuerto es que dispone de línea especial para niños para acceder a los controles de seguridad, es decir, que prácticamente no hay que hacer cola y encima tienen una puerta como con animalitos que les hace más simpático pasar por esta parte que a algunos niños les puede llegar a inquietar (sobre todo si ven que cachean a papá o a mamá). Si lleváis leche de fórmula os pasarán un test en las manos para asegurarse de que no lleváis explosivos.

Se agradece mucho que haya colas con preferencia para familias con niños, pero  lamentablemente, no abundan. Solo nos encontramos con acceso especial en esta zona que os acabo de comentar y en el aeropuerto de París donde si vas con niños te dejaban pasar por una cola especial para no tener que esperar. ¡Por Dios que todos los aeropuertos aprendan!

Espero que estos consejos os sirvan de utilidad si os toca volar con niños y sobre todo que perdáis el miedo porque es la clave para que todo vaya bien y disfrutéis del viaje con vuestros molones.

¡Que tengáis un día muy molón!

* Entre post y post nos vemos en InstagramFacebook y Twitter *

 

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