Hay algo entorno al mundo maternal que hace que proliferen como hongos un montón de “opinólogos” a tu alrededor. Y es que, desde el momento en el que una se embaraza, se percata de la cantidad de “expertos” que saben mucho mejor que tú cómo manejar la situación con un bebé. En este post te cuento las frases que no debes decir a una madre sobre su lactancia materna.

Puede sonar borde, lo sé, pero os aseguro que es brutal la cantidad de mensajes equivocados que recibimos desde antes de convertirnos en madres. ¿Os acordáis del post “frases que nunca, nunca, nunca debes decir a una embarazada”?, pues hoy me lanzo con frases que nunca, nunca, nunca deberías decir a una madre que haya optado por la lactancia materna.

Tomen nota 😉

Allá vamos:

  1. “¿Estás segura de que come?, ¿cómo lo sabes?, ¿no te preocupa que pase hambre? yo le veo muy delgado…”.
  2. “Tu bebé está por debajo del percentil, igual tu leche no es buena o está aguada”.
  3. “A mi prima la del pueblo le pasó, no tenía casi leche y el niño casi se le muere deshidratado”.
  4. “¿Y no te cansa estar todo el día con la teta fuera?”.
  5. “Que yo no te digo que no le des el pecho pero creo que un suplemento no le vendría nada mal, por el bebé y por ti, él engordará más y así también tienes ratitos para ti”.
  6. “¿Y no tienes miedo a que, de tanto estar pegada a ti, se enmadre demasiado?”.
  7. “¿No te da miedo que las tetas se te estropeen y se te caigan”.
  8. “Verás tú, como se acostumbre a dormirse en tu pecho luego no va a haber forma de que duerma solo”.
  9. “¡Pero cámbiale ya de teta!, ¡que son 15 minutos en una y 15 en la otra!”.
  10. “¿A demanda?, ¡qué modernas sois ahora! nada, nada, tú dale cada 3 horas para que no se acostumbre a comer cada vez que quiera. Y no pasa nada porque llore un poco, de hecho es buenísimo para sus pulmones”.

Y yo, a todo esto, respondo con un:

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Por partes:

  1. Sí, estoy segura de que come, a veces va más rápido, a veces más despacio pero comer, come. Otras veces no tiene hambre sino sed, por eso da un “chupito” y para. Y esa cantidad de pis y de caca que expulsa cada día no existiría sino comiera como lo hace, vamos que estoy muy, muy tranquila.
  2. Mi bebé está por debajo del percentil porque los percentiles utilizan como referencia niños alimentados con biberón que, evidentemente, están más gorditos.
  3. A tu prima me imagino yo que no le dijeron que el cuerpo es inteligente y que la producción de leche es directamente proporcional a lo que succione nuestro bebé; cuánta más succión, más leche tenemos. Igual tu prima -que estaba la pobre hecha un mar de dudas- se dejó llevar por los consejos de 15 min en cada teta o esperar 3 horas entre toma y toma.
  4. Pues mira te cuento: estoy de baja y lo estoy para dedicarme a mi bebé, vamos que no tengo nada mejor que hacer. Además, tengo la suerte de que disfruto mucho dando el pecho, con lo cual, no, no me cansa en absoluto estar todo el día con la teta fuera, aprovecho todo lo que puedo mientras dure.
  5. El bebé no necesita ningún suplemento, mi objetivo no es engordarle sino alimentarle, y lo hago sobradamente, solo hace falta ver lo sano que está. Y ratitos para mí ya tengo, voy con él a todos lados y le doy el pecho donde haga falta (peluquería incluida).
  6. No tengo ningún miedo a que se “enmadre”. Hay niños con mamitis que no toman, ni han tomado pecho. De hecho estaría encantada de ser su persona favorita ¿o no te acuerdas de los celos que me gasté con niñamolona? 
  7. No tengo miedo a que mis pechos se caigan porque la caída se produce por el aumento y la pérdida repentina de volumen, algo que no podemos controlar y que ocurre desde el embarazo. Pero gracias por preocuparte por mi escote.
  8. No tengo intención de que se duerma solo. Me gusta dormir a mis hijos, a una contándole cuentos o cantándole nanas y a este, por ahora, con el pecho, como hacía con su hermana. Luego ya nos buscaremos la vida, por ahora es mi momento favorito del día.
  9. No le cambio de teta porque, por si no lo sabes, la leche que sale al principio es rica en azúcar pero la que viene después, ya que te preocupa tanto que engorde, es pura grasa. Cuando se acabe un pecho, si todavía tiene hambre, le ofreceré el otro.
  10. A demanda es a demanda. Ya ves qué moderna soy que me dejo llevar por lo que me dice la madre naturaleza: cuanto más succione, más leche produzco. Y no, los pulmones no se desarrollan llorando pero vamos, si tú crees que sí, cuando quieras te hago llorar un poco para que los tonifiques bien, no vaya a ser que por no llorar vayas a desarrollar problemas respiratorios. Sin acritud.

Aunque me gusta tomarme todo esto con humor, lo cierto es que esta clase de mensajes pueden tirar por la borda una lactancia materna. Como no podemos evitar que nos bombardeen con miles de comentarios, he aquí mi recomendación a embarazadas, primerizas y madres en general: 

Respirad hondo y escuchad con paciencia y sin perder los nervios. No merece la pena enfadarse. La mayoría opinan con el único fin de ayudar, demostrar que ellas ya han pasado por esto y que saben cómo hay que hacerlo. Con lo que no cuentan es que los tiempos cambian y mucho, en estos temas precisamente avanzamos recuperando la esencia de lo primario: seguir nuestro instinto, que para algo Dios lo puso en nuestro mecanismo.

Lo importante es que tú te dejes asesorar por personal cualificado, principalmente destaco la figura de las matronas y las asesoras de lactancia. Investiga, infórmate, pide orientación y haz lo que dicte tu instinto. No te dejes, bajo ningún concepto, influenciar, ni permitas que te hagan sentir insegura. La madre eres tú y tú decides cómo quieres llevar a cabo tu maternidad. Además, existen grupos de lactancia estupendos donde te sentirás apoyada y segura.

Si las presiones vienen de tu madre o de tu suegra, por poner dos ejemplos de personas muy próximas, te dejo un truco que suele funcionar: te recomiendo que les pidas que te acompañen a una consulta con tu matrona o a un grupo de lactancia. No os imagináis lo efectivo que es, dejad que pregunten todo lo que quieran y habréis convertido al “enemigo” en “aliado” 😉 (es una forma de hablar, ¡que no se me ofenda ninguna suegra!)

Y, si por la razón que sea, no puedes o no quieres dar el pecho, tienes que estar tranquila también. Lo importante es que estés a gusto y feliz tomando tus propias decisiones. Tu bebé te necesita tranquila, feliz y al 100%, eso es lo realmente importante.

pielconpiel

Momentazo piel con piel con mi niñomolón

Aquí os dejo enlace a la entrada “Tiran más dos tetas que dos biberones” donde ya os conté mi experiencia dando el pecho a niñamolona, por si os pudiera resultar de ayuda.

¿Echas de menos alguna frase en la recopilación?, ¿con qué comentarios te han sorprendido en plena lactancia materna? deja tu aportación aquí abajo 😉

Hasta la siguiente entrada os recuerdo que nos vemos en InstagramFacebook y Twitter.

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