Tenía yo ganas de probar el famoso y polémico cuento “El conejito que quiere dormirse”. Famoso porque asegura que tus molones se quedan fritos antes de que termines de leerlo; y, por otro lado, polémico porque sus detractores dicen que tiene un efecto hipnótico en los niños y, por lo tanto, no es muy bueno que digamos que se acostumbren a dormir así.

Pero como no es lo mismo que te lo cuenten a probarlo, gracias a Boolino por fin he podido testarlo a conciencia para compartir con todas vosotras mi experiencia. Allá vamos:

Primer día

Niñamolona coge los cuentos nuevos con muchas ganas, supongo que como el 90% de los coverelconejitoniños. Eso sí, entramos en un bucle sin fin que le dura hasta que un nuevo título viene a sustituir al anterior. Esto con el cuento del conejito no le ha pasado, vamos que le digo que se lo voy a leer y me suelta que prefiere otro. Pero una vez empiezo no dice ni “mú” y cuando llevo unas cuantas páginas se empieza a acurrucar a mi lado, cierra los ojos y empieza a caer. Esto puede pasar en aproximadamente unos 5, 10 o 20 minutos tras arrancar la historia (depende de lo cansada y dispuesta a dormir que esté ese día).

El cuento en sí es aburrido de coj… perdón, un poco aburrido de leer. Antes de empezar te da unas pautas para que sepas leerlo; las palabras en cursiva hay que leerlas despacio, las que van destacadas en negrita tienen que ser leídas con énfasis y entre paréntesis te indica cuándo tienes que decir el nombre de tu hijo o cuando tienes que bostezar. Simple y fácil.

El problema es que algunas frases no tienen mucho sentido y la historia es algo pesada, ¡pero cómo no se va a dormir antes de acabar de leerlo si me duermo hasta yo de aburrido que es! Aunque al principio me gustó porque niñamolona se durmió en seguida y era el típico día que amenazaba con no tener nada de sueño, mi problema es que a mí me cansa profundamente leerlo y me cuesta horrores no quedarme dormida. Otra cosa que me echa un poco para atrás son sus ilustraciones… con todo el cariño del mundo lo digo, no son muy bonitas que digamos.

¿Funciona?

Pues mira, yo considero que sí y lo he testado con niñamolona y con los hijos de madre veterana de 7, 6 y 3 años respectivamente. En ese caso cayeron las niñas mayores en nada y menos, sin embargo el pequeño llegó al final sin dormirse. Con lo cual, podría afirmar según mi estudio que 3 de cada 4 niños caen en un sueño profundo antes de acabar la historia.

Mi solución al sopor

En una de las páginas del libro indican que existe la opción de comprar el audiolibro y oye, me pareció una gran solución para mi problema de quedarme sopa antes que niñamolona. Así que me gasté los 12 eurazos, aproximadamente, que cuesta el dichoso audiolibro y ¡maravilla! Mientras se lo pongo puedo trastear con el móvil y hacer las cosas que no me ha dado tiempo a hacer en todo el día como mirar mi correo electrónico, contestar mensajes, etc.

Así, estando ocupada, evito sucumbir a sus efectos somnolientos (que me da mucha rabia despertarme y tener que mudarme a mi cama cuando ya he cogido el sueño, manías de una). Si lo descargáis veréis que tiene una duración de 58 min “OG MY GOD!” estaréis pensando, pero no es que dure eso en total, es que te ponen dos versiones, una con voz masculina profunda y otra con una voz femenina.

CONCLUSIÓN DE UNA MADRE MOLONA

Para mí el momento del cuento es sagrado porque lo disfrutamos mucho, es decir, un libro no disfrutable, para mí, pierde la gracia, ¿no? Sin embargo, reconozco que me parece un buen recurso para los días más difíciles, cuando uno está más cansado o cuando el niño está especialmente revuelto. Si nos venimos arriba con un cuento chulo y niñamolona pide que le lea uno tras otro hasta el día del juicio final, el conejo se convierte en mi mejor amigo, sé que con él ya llegó el momento de dormir.

Es cierto que la repetición de ciertas palabras como “Dormir… ahora” -que aparece tropecientasmil veces- hace sospechar que estás hipnotizando a tu hijo, sin embargo, tiene algunas partes que son claramente técnicas de relajación para nada criticables: “Ahora siente el peso de tu cuerpo (…) Te pesan muchísimo los párpados”.

Así que ni tanto, ni tan calvo. Cada madre y padre sabrán si les apetece recurrir a él o no, que cada uno en su casa sabe bien cuál es su situación. Hay niños a los que les cuesta muchísimo conciliar el sueño y si puedes recurrir a un libro como apoyo siempre será mejor eso que tomar otras medidas, ¿no? Yo lo tengo claro, primero un buen cuento y si no quiere dormir, llamamos al conejito y… nos vamos….. a domir…. Ahora…. Zzzzzzz…

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